El Monstruo

Monstruo a lo Guillermo del Toro

Cuento corto por Maru Fanti

Había una vez un monstruo. Había días que el monstruo crecía, su fealdad también aumentaba. Otros días el monstruo se hacía pequeñito, perdía su poder y ella podía ser feliz. Empezó a pensar: qué había hecho toda su vida para alimentar a esa criatura y descubrió que no se había amado lo suficiente. Descubrió que amarse es un bombillo encendido que asusta a los monstruos. Cuando prendes la luz, ellos se esconden, se ocultan en algún lugar de tu hogar y de tu corazón, allí permanecen hasta encontrar el momento de asechar otra vez, de arrojarse sobre ti, de hacerte creer que no vales nada.

Nacemos con unas alas que son el encuentro con la libertad, pero las alas hay que aprender a usarlas. Los monstruos no saben como funcionan nuestras alas, así que tener alas también ayuda a combatir a los monstruos.

Buscas, buscas y no encuentras, a veces sientes que lo pierdes todo, por un segundo, un minuto o una vida, a veces debes empezar de nuevo y te preguntas ¿Dónde están mis alas?  Las alas son importantes para ir más allá de tus antiguos sueños, las alas te permiten buscar nuevos sueños, una nueva vida que te lleva a un mejor destino. Los monstruos son especialistas en matar sueños.

Ilustración del Libro «La Voz de mis Alas» de Silvia Congost

Para aprender a usar las alas necesitas volar. Volar por volar, por el simple gusto de volar, es bueno, eso te entrena para usar tus alas. Es en esa continua búsqueda que está el secreto y es que vivir buscando está bien, es crecer, tener cada día nuevas metas, nuevos sueños, es reinventarte todos los días. A los monstruos no les gusta que te reinventes, ni que vueles, sientas o pienses. El monstruo busca el control a toda costa de su víctima, busca detenerte, hacerte sentir sola, muy sola. Los monstruos se tragan las esperanzas, es lo primero que se comen.

¿Cómo sobrevives a un monstruo? Usas tus alas, te amas a ti misma, prendes tu luz, sigues tus sueños, te llenas de esperanzas y eres valiente.

¿Qué mata a un monstruo? El amor, donde existe verdadero amor no hay oscuridad que de vida al monstruo, cuando te amas lo suficiente, el monstruo pierde fuerza. La paz, cuando te perdonas, cuando eres compasivo contigo mismo y desaparece la culpa, matas al monstruo. Cuando le hablas a tus temores y a tus miedos frente al espejo y les dices que se vayan al infierno, a donde pertenecen, debilitas al monstruo. Cuando en tus angustias, pánico, ansiedades, te das cuenta que solo tienes el aquí y el ahora, el monstruo empieza a diluirse. Cuando en la tristeza, lloras muy fuerte y te haces cargo de ti, lavas tu rostro, secas tus lágrimas y empiezas a volar, entonces allí descubres la libertad de escoger entre el monstruo o tu, y es allí cuando con valentía te escoges a ti, entonces, el monstruo pierde su poder y desaparece. Has matado al monstruo.

Puede ser que vuelva a aparecer, algunos monstruos no mueren para siempre, pero ya tu no eres la misma, ya tu aprendiste cómo se cazan los monstruos, ya tu sabes usar tus alas y mejor aún ya les ha dado una voz.

Ilustración del libro «Alzando Vuelo» de Rafael Cabaliere

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